Procedente de la Camellia Sinensis, sus hojas se recogen en primavera y de manera manual, seleccionando los brotes iniciales antes de que se lleguen a abrir las hojas. Estos brotes, se encuentran todavía recubiertos de un pequeño vello blanco característico de este tipo de Té.
La elección del punto óptimo de recolección, y lo artesanal de su procesado, le proporcionan un gran número de nutrientes, un aroma intenso y suave, y una textura ligera que dan peculiaridad a este tipo de Té. Un vez recolectado, su manipulación es mínima, dejándolo secar al sol y al aire de manera natural. Es considerado el mayor antioxidante natural, debido a su alto contenido en Polifenoles (el triple de contenido que el Té Verde), lo que mejora nuestro sistema inmunológico. Los beneficios que proporciona su uso en dietas, y tratamientos anti envejecimiento, son mayores que cualquier otro tipo de Té, favoreciendo la regulación intestinal.
Su contenido en cafeína es el más bajo dentro de los tipos de Té conocidos, aún así, combate la fatiga mental y física, manteniendo alerta nuestro sistema inmunológico. Al no contener calorías, es muy recomendable su uso en dietas de control de peso, lo que se ve favorecido también, por su alto poder diurético, y por su ayuda a la eliminación de grasas y control del colesterol.
El mayor productor de Té Blanco es China, en la región de Fujian, aunque en la Sri Lanka, India y Japón también se cultivan grandes extensiones de terreno.
Son numerosas las leyendas que giran en torno al Té Blanco, considerado durante siglos el "Té del Emperador", ya su uso estaba prohibido para cualquiera que no perteneciese al linaje del emperador. A día de hoy, el Té Blanco puro, es considerado un producto exclusivo, difícil de conseguir, lo que aumenta notablemente su precio en el mercado respecto a otros tipos de Té.